El Encuentro

Por Eduardo Ferreres Castell

     Ya es el último acto de los presenciados durante esta Semana Santa que acaba de finalizar.

     Permitidme que repasemos un poco la historia y que no piensen los jóvenes que las procesiones en Sant Mateu, llevan sello siciliano o de Berlanga.

     En mi juventud, la Semana Santa se mostraba con seriedad, ayuno, respeto.

     Recuerdo la riña de mi madre con cariño... "sempre cantes, cuan no tens que cantar..."

     Cierto, no se podía cantar, las campanas mudas, silvar, menos; no, no era la dictadura, era el cura mosén Amela que, eso sí que era un dictador.

     Se empezaba la semana con la procesión de las palmas.

     Era costumbre una procesión desde el Convento de las Madres Agustinas, hasta la Arciprestal.

     Cargada de colorido, máxima participación... los niños.

     Palmas, ramas de olivos, las niñas ramos ya floridos, laurel y remataban el jardín andante, el Ayuntamiento, con elegantes palmas amarillas, llegadas el día anterior desde Elche con el Autobús de línea diaria.

     Solo faltaba el cartel... Jerusalem...

     Era típico, colocar las palmas en los balcones, hasta que, con el viento cierzo, la lluvia y el sol, se descomponían.

     La provesó de les Vergues i Judíos. Es una procesión de Jueves Santo, posiblemente del siglo XIV, por la participación de los Judíos en ella. Los penitentes, magnificando 3 largas vergas que se obtenían antiguamente de los bordes de la vid. Mi abuelo era el alma mater de esta procesión.

     De significado dudoso, no existe documentación alguna. Usando la lógica, la procesión sigue los pasos del calvario de Jesucristo. Los flageladores durante el trayecto, la burla de los judíos con sus estupitajos, Cristo crucificado y nada más. Que a través de los tiempos, algunas mentes eclesiásticas añadieron algún que otro significado hipotético pues... si.

     Los personajes "enfarinats", son demonios que acceden al mundo real con sus tormentos, disfrazados con apariencia menos satánica pero ejecutores de la maldad propia de su esencia malvada... la sal de la vida.

     Ahora, no salen enfarinats porque tienen vergüenza de ser reconocidos... dicen.

     Llevaban larga cola en sus vestidos y la cara de blanco (enfariná), con retoques en las mejillas.

     Participan también un grupo de músicos con instrumentación de viento, acompañados por coro de bajos que con sus cánticos, llegaban más abajo del pentagrama: Magníficos misereres de melodía fúnebre y ortodoxa.

     En los cantones de la calle Morella y Forn Vell en el callejón de los Judíos, se colocaban ocultos con sus largas capas los fariseos, al paso de la procesión de los penitentes y escupían ante las imágenes sagradas.

     Se une a esta antigua procesión, los caballeros montesianos, que tanta grandeza y huellas dejaron en nuestro Maestrazgo, ocultos como penitentes debajo de capas y capucha participando en este acto de crucifixión de Jesucristo, en silencio, sin armas, cotas de malla, ligeros como vencidos, interpretando los misereres de rigor.

     La procesión del Santo entierro, la más larga de las procesiones por su altísima participación popular. Enormes filas de penitentes portadores de cirios gruesos (aches) que con la tenue luz-morellana, iluminaban las calles con tristeza penetrable hasta el fondo de los corazones.

     Las damas de la cofradía, de las familias más pudientes presidían las imágenes, vestían con encajes de riguroso negro con peineta andalusí (posiblemente, hace un siglo se llevaba la peineta valenciana... la corta), parece ser que ahora, se tiene en cuenta eso de... ande, o no ande... peineta grande.

     La culminación de estas procesiones tuvo lugar al ponerse de moda los penitentes con capirote estilo andaluz.

     También se crearon Bombos i tabalaters eso, ya fue... el summum.

     Los sones de la marcha fúnebre de Chopín, al final del acto fúnebre.

     El Ayuntamiento, de riguroso negro.

     Les "gramalles" Dels Masers, en su punto elegante, negro total.

     No es porque yo sea de Sant Mateu pero... procesiones con mucho caché, elegancia, respeto y seriedad.

     Llegaba la del Encuentro:

     Ya agotados los penitentes "la truxia pel rostoll" poca gente y la participación de los cazadores que se situaban solo unos pocos en el campanario, disparando algunos tiros al aire... claro.

     Los niños, yo, hacíamos cola en Ca Roca y Ca Masip para que nos facilitaran todas las cajas vacías de sardinas y concentrados en la plaza con macetas preparadas, esperábamos el campaneo de gloria...¡Dios, ha resucitado! Se levantaba la veda del ruido. Disparos, cajones rotos, campaneo, una mascletá casera pero... digna de un Sábado de Gloria.

     Eso es, un poco mis recuerdos. ¡Bones Pascues a tots!

© Copyright E.F.C. - 2024

http://www.chert.org